domingo, 28 de junio de 2009

"Otro pudor" (relato)

Quise saber a qué te referías cuando proclamabas que no tenía vergüenza ni la había conocido. Me puse a prueba de tus juicios sobre mi supuesta falta de pudor. Qué narices sabrías tú, si no me conocías ni hacías el mínimo acercamiento más allá de tus prejuicios sobre la precariedad de los valores y el honor hoy en día. Y sin embargo, siempre encontré divertido tratar de rebelarme en secreto contra tu pacata visión de la vida.

Descubrí mi propio cuerpo a través de una compañera de clase en sexto de primaria, cuando en los recreos nos escondíamos en el baño de las chicas y, lejos aún de un definido deseo sexual, nos colmaba la sensación fronteriza de algo parecido a la libertad.

Algún año más tarde, observé, por la ventana del baño, cómo se duchaba un vecino en la casa de enfrente, mientras tú me metías prisa desde la cocina para que me sentara a la mesa.

Para cuando el primo Juan me pidió que le enseñara a besar con lengua, yo ya había roto algún corazón y ensayado más de un escote, y no te voy a hablar ahora, abuela, de mi primera vez, porque aunque acabes de morirte no creo que tengas el cuerpo para grandes turbulencias.

Sí puedo afirmar que en ninguna de esas tontas anécdotas que me han servido de aliadas en la aventura de crecer, y repito, en ninguna, llegué a sentirme verdaderamente transgresora. Jamás he estado a la altura de mis pretensiones desafiantes, ni he advertido que conquistase el terreno vedado por tu moral. Luego tampoco sé, exactamente, cuáles eran esas nociones del pudor y la decencia y el recato de las que yo escapaba según tu criterio. De alguna manera, mi desconcierto no deja de confirmar que estabas en lo cierto, abuela: no tengo vergüenza ni la he conocido.

Pero qué cosas pasan, yaya. A mis veinte años, al saberte vacía de vida, al chocar mis pensamientos contra esta mampara de cristal ante la que te vela toda la familia, me he sentido herida por una horrible obscenidad. Nada que ver con tus oxidados patrones morales. Hoy he sabido que, fuese cual fuese el pudor al que te referías, hay otro bien evidente: la necesaria dignidad que reclama nuestra memoria a quien se ha ido...

Y es que, tonta de mí, no puedo dejar de pensar: ¿pero quién te ha maquillado así, abuela? ¿Quién te ha dejado como una puta puerta? ¿Quién ha decidido exhibirte ya muerta con la caja abierta y un aspecto que no es el tuyo? ¿Quién eres tú y por qué quieres quedarte como la última imagen que vea de mi abuela?

Lo más escandaloso es que el resto de la familia parece decidida a no darse cuenta. Eso, y que no puedo dejar de mirar tu ataúd destapado buscando rastro de ti en esa cara. No tengo vergüenza ni la he conocido.

Qué absurdo que hayas tenido que morirte para que yo me dé cuenta del tiempo que he perdido midiéndome con algo tan volátil como el pudor.

miércoles, 6 de mayo de 2009

¿...Por todos, señora Aguirre, por todos...?

La Comunidad de Madrid sigue inmersa en una escandalosa crisis institucional con el polvo de la corrupción más que asomando bajo la alfombra del Gobierno regional. Al enterarme esta mañana de que el PP ha suspendido la militancia de López Viejo, Martín Vasco y Bosch, y al ver en las noticias del mediodía que el ex consejero de deportes del Gobierno Aguirre ha sido imputado por el caso Gürtel, no ha dejado de acompañarme en la retina este vídeo que recoge una intervención parlamentaria de Inés Sabanés en la que la portavoz parlamentaria de IU en Madrid le pregunta a la Presidentísima si mantiene eso de que pondría "la mano en el fuego" por todos y cada uno de quienes se habían visto salpicados por la trama corrupta. Hoy estamos hablando de más de un salpicón, y desde luego que la mandamás regional es quien ha provocado, con su actitud encubridora y de huida hacia adelante, que sea ella misma quien tiene más lamparones que el delantal de Caradecuero, el de La Matanza de Texas.



Esperanza Aguirre, en efecto, debe dimitir.

domingo, 25 de enero de 2009

Sesenta años

"Podrías hacerte un blog, papá, ahora que ya no trabajas, y tienes tiempo, con lo que te gusta hacer de tertuliano", le dije hace tiempo, y el tío -el padre, vamos, el mío- no sabía de qué le estaba hablando. Le ayudé a encontrar la caña, y él, aprendió a pescar, y a bucear, y a moverse como pez en el agua en la bloggocosa. Hoy, Rafa, el kalibeño de Rivas, y a la sazón, proveedor del 50% de mis genes, cumple sesenta años que le traen la ansiada jubilación oficialísima. Y aquí, servidor, una quinta parte de su prole, no puede evitar emocionarse al ver cómo aquella proposición indecente que le chivó Freia por un mensajito privado del facebook se ha hecho realidad: los amigos y amigas que mi progenitor tiene en la bloggosfera se han confabulado para desearle unos felices sesenta y una jubilación en paz y en red.

Felicidades, papá. Y felicidades, por supuesto, a esa santa que te aguanta hace ya varias décadas, que ha cumplido sesenta años también quince días ha, y que, qué voy a contarle a nadie, se ha ganado con creces compartir estos años dorados al sol de la Kabila terrenal junto al ya jubileta con todas las letras.

viernes, 2 de enero de 2009

Recuperando memoria poética: Gloria Fuertes

En la última quincena, una vez finalizadas unas largas obras en casa y montadas unas nuevas estanterías en mi habitación, he dedicado varias horas a sacar montones de libros de cajas y ubicarlos en su nuevo enclave. Ello me ha hecho reencontrarme con autores y obras que permanecían dormidas en mi memoria, y la casualidad ha querido que hoy, buscando información para una cosa del trabajo, me haya topado por internet con una escritora que tiene también su discreto (merecería mucho más) lugar en mi biblioteca, a la que debo por su obra infantil en muy buena medida mi afición a la literatura en general y a la poesía en particular, y que considero que ha sido históricamente infravalorada: Gloria Fuertes. Presentada habitualmente como una hacedora de ripios con que entretener a los chiquillos, pocas veces nadie se ha parado a pensar seriamente en la empatía que esos poemas despiertan en los niños y niñas, y en muchas menos ocasiones se ha atendido al conjunto de su obra, más allá de su meritoria literatura infantil.

El hecho de que, en el breve espacio de una semana, entre mi biblioteca y la Red, me haya topado fortuitamente con ella, me obliga de alguna manera a recomendaros vivamente que os acerquéis a su poesía y os dejéis engatusar por su sencilla rotundidad lírica, por su alto contenido social y por la calidad con que se acerca a las cosas que importan con pasos pequeños, discretos, casi inadvertidos. Os dejo aquí un poema suyo:


SÓLO SOY UNA MUJER

Soy sólo una mujer y ya es bastante,
con tener una chiva, una tartana
un “bendito sea Dios” por la mañana
y un mico en el pescante.

Yo quisiera haber sido delineante
o delirante. Safo sensitiva
y heme,
aquí
que soy una perdida
entre tanto mangante.
Lo digo para todo el que me lea,
quise ser capitán, sin arma alguna,
depositar mis versos en la luna
y un astronauta me pisó la idea.

De PAZ por esos mundos quise ser traficante
-me detuvieron por la carretera-
soy sólo una mujer, de cuerda entera,
soy sólo una mujer, y ya es bastante.

No dejéis de visitar, para conocerla mejor, la página web de la Fundación que lleva su nombre, y el espacio monográfico sobre la autora impulsado por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. En ambos sitios virtuales podéis consultar libros de ella y sobre ella. Por cierto, en estos días previos a la llegada de los Magos de Oriente, no está de más reivindicar su obra de teatro infantil con cierto toque feminista, 'Las tres reinas magas'.

Actualización a las 01:58 horas: He descubierto, colgado en la web, un interesantísimo estudio sobre la obra de Gloria Fuertes que, para quien quiera entrar más en materia, dejo enlazado aquí.