
En junio, a propósito del Homenaje que hizo el Ayuntamiento de Rivas a personas ex presas del franquismo, ya hablé de mi encuentro en aquella comida con ella. Hoy ha venido a verme a la Oficina y a recordarme que me debe una empanada. Y yo me he acordado de que guardaba por aquí una foto de aquel momento tan emotivo en que nos encontramos. Y aquí la traigo. Fernanda, qué grande eres.
Algunos días me sientocomo un domingoy da igual que estemos a lunes, marteso jueves:me siento como un domingoy atardezcomás despacio que nuncay alongo mis horas sobre una barandadesde la que busco con la vista y el olfatoun sol frío de enero,una lluvia de abrilo una piscina recién abierta en junioo a punto de cerrar en septiembre.Libre y apresado,lagartija coja,recorro una inmensa grieta,y da igual que sea miércoles o sábado,porque yo soy aproximadamenteun vermú a mediodíay una sobremesa adormeciday un examen por estudiary una llamada perdiday una esquela inesperaday una vida por delante.Por el contrario,algunos domingos no sé quién soyy ni siquierame siento.Entonces, simplemente,me dejo llevar.Y durante unas horas,todo parece más fácil.
cae el destino
como un rumor de frontera,
domingo y lunes