jueves, 18 de febrero de 2010

Los instantes y la memoria

Tengo la inmensa suerte de haber sido admitido en un taller que, bajo el nombre 'Después de... El Instante de la Memoria', se celebra la semana que viene en el Museo Reina Sofía, y que me reunirá junto a otras catorce personas afortunadas, ante el propósito de reflexionar, elaborar, crear, debatir, dialogar y aprender, todo ello en torno a partir de la relación entre la narración de la memoria y la historia, y las redes entre identidad personal, familiar e imaginario colectivo, entre la represión, el trauma y la resistencia al olvido, explorando en documentos visuales, vivencias, recursos poéticos, etc.

El taller es una iniciativa encajada en todo un proyecto muy interesante impulsado por Virginia Villaplana, una artista y profesora universitaria valenciana, "El Instante de la Memoria", que se completa con una interesante novela documental, una exposición de fotografías en la que se proyecta un documental (en la galería Off Limits) y un ciclo de cinefórums en el Reina Sofía. Este proyecto centra su atención en la tragedia de las fosas comunes del Cementerio de Valencia, en las que, entre el final de la guerra civil y 1945, fueron enterradas miles de personas víctimas de la represión franquista. Virginia Villaplana reivindica su memoria con una fuerta carga poética y bebiendo de un amplio abanico de fuentes históricas y recursos artísticos, que van de la investigación y documentación a la captura de testimonios, etc. Este empeño tiene, además, un valor añadido que trasciende a la necesaria recuperación de la memoria democrática y antifascista: lo que Virginia Villplana hace, a través y a partir de sureivindicación, es empujarnos a reflexionar sobre la materia misma de la memoria, sobre lo traumático de los olvidos impuestos, sobre las difíciles fronteras entre la historia, su narración y su huella en nuestras identidades personales, familiares y culturales...

He pasado parte de esta tarde buceando en el archivo fotográfico familiar, a la caza y captura de imágenes para un primer ejercicio que haremos en el taller. Esta inmersión en un pasado muy mío pero que incluso me precede (anterior a mi nacimiento) ha sido un intenso viaje, extraño y a la vez muy cercano y propio, acaso un aperitivo de lo que viviré la semana que viene.

Seguiré informando.

jueves, 4 de febrero de 2010

Liquidez

Parece que la gente del PP le ha cogido el gusto a eso de llamar 'hijo de puta' al personal, ya que después de Esperanza Aguirre y su resbalón a micrófono abierto, un concejal del PP de Torrejón ha dedicado tal expresión al edil de IU en este municipio. No quería hablar de las menciones a la madre de nadie que hacen estos peperos, sino referirme precisamente al tema de fondo en el que se produjo el segundo insulto, la polémica que este último mes va bailando en los medios de comunicación sobre el empadronamiento de inmigrantes en situación irregular. Y es que sobre ello, y sin necesidad de emparentar a la madre de nadie con el oficio más antiguo del mundo, se han dicho muchas, muchas, muchas barbaridades. El Portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, soltó hace dos semanas la siguiente perla:

"Hay un grupo de inmigrantes que no deberían estar en España, y [lo de Vic] no es un problema de xenofobia, sino básicamente de liquidez".

Pues Hernando, lo siento, te equivocas. Lo que hay en España es una cantidad sobradísima de políticos que dicen tonterías: así de claro. He ahí el verdadero problema de liquidez.

martes, 2 de febrero de 2010

Las cuotas de la Academia

Recibí la noticia de la elección de Soledad Puértolas como nueva académica de la lengua con alegría y sincera congratulación (qué cursi palabro ése), ya que me parece una muy notable escritora de la literatura española contemporánea. Me gusta especialmente su faceta de cuentista (que he seguido como lector más que la de novelista), un género narrativo que siempre parece "menor" a los ojos de crítica y público a pesar de tener tan importante tradición en habla hispana. A mi simpatía por el reconocimiento que este nombramiento significa para Puértolas, sumé la certeza de que, precisamente por cómo escribe, por la relación que en su literatura tiene con el lenguaje, por la inmensa humanidad y cercanía de sus historias, esta escritora será una académica capaz de hacer entrar en tan vetusta institución aire fresco. Y no lo voy a negar, porque no me da la gana: el hecho de que sea mujer también alimentá mi alegría ante la noticia. Y no porque ser mujer sea algo valioso en sí mismo, sino porque una institución que pretende dar forma y norma al reflejo que el habla del común de mortales proyecta, debe sumar a las mejores personas, las más capaces, independientemente de su sexo, y que el mosaico final sea además lo más representativo posible, desde esa capacitación, de la comunidad hablante.

Cada vez que una mujer entra en la Real Academia Española, las voces oficiales de esta entidad no tardan en subrayar que su elección se debe exclusivamente a sus cualidades y no a ninguna política en pro de la paridad porque, como ha asegurado Víctor García de la Concha, "elegir a alguien por cuotas no sería coherente". Perfecto. Esto de ponerse la venda antes de tener herida alguna es bastante elocuente de lo que en realidad hay detrás de afirmaciones como la de García de la Concha y de tradiciones como la de la Academia. Pensemos por un momento: ¿quiere decir García de la Concha que sólo hay cinco mujeres con méritos suficientes para estar sentadas en sus sillones? ¿Quiere decir, de verdad, que sus colegas masculinos -inmensa mayoría- no han sido jamás privilegiados en su vida, incluida su trayectoria como honrosísimos filólogos, lingüistas, escritores, periodistas, investigadores, etc., por el mero hecho de ser hombres y no mujeres? Evidentemente el género masculino en general no es culpable (no lo somos) del machismo acumulado por la historia, pero sí hemos de ser conscientes del mismo y corresponsables en el compromiso de superarlo. El hecho de que en la Academía sólo haya cinco mujeres es, quiera o no García de la Concha, ejemplo de esa discriminación estructural y de la connivencia de la propia institución, por acción y omisión, con ella.

Así pues, y aquí sí coincido con las fuentes académicas oficiales, saludo el ingreso de Puértolas en la RAE porque con ella "se reconoce sus méritos y el trabajo que ha realizado por encima de cuotas". En concreto, por encima de la cuota muy mayoritariamente (casi exclusivamente) masculina que ha aplicado la Academia a lo largo de su Historia.